El grupo de formación y empleo de turismo está formado por diez mujeres amantes de la historia y estudiosas de su legado a través de las muestras que nos deja el tiempo.
Estamos enamoradas de nuestro pueblo, de sus rutas , sus sendas, teniendo una visión de él que nos traslada , como si de una máquina del tiempo se tratase , a momentos de nuestra cultura que nos ayuda a entender la evolución del hombre como ser social.
Por eso, en las clases, buscamos documentaciones ávidas de conocimientos para poder explicar a quien quiera escuchar, la parte de la historia de España que se ha vivido en este territorio.
Y nuestros conocimientos crecen cada día con las aportaciones que cada una vamos obteniendo de nuestro trabajo de investigación.
Una de nuestras compañeras, Carmina, es como un libro viviente, una agenda de campo donde se han recogido los resultados de sus localizaciones históricas en todo el territorio de Oliva y alrededores. Escuchamos entusiasmadas sus historias contagiadas por su emoción. Y nos sorprendió cuando nos relató su participación en el desenterramiento de una necrópolis mesolítica cuando tenía 17 años y para constatar su peripecia trajo algunas fotos que guardaba de aquel momento histórico de su vida. Su esqueleto, cómo ella se refiere a su hallazgo, fue numerado con el 5 y le bautizó con el nombre de “Johnny el punki” porque…. “tenía en la cabeza algo parecido a una cresta”.
Nuestra sorpresa , y sobre todo la de Carmina, fue cuando en la biblioteca encontramos un libro titulado “La necrópolis mesolítica del Collado” Oliva-Valencia del 2008 donde aparecían fotos de las excavaciones y ¡ allí estaba ella¡.
A partir de este momento nos empeñamos en incluir en una de nuestras rutas de los alrededores del castillo de Santa Ana el cementerio de nuestros antepasados. Las dataciones que en aquel momento se estimaron eran entre 6500 años a 8500 A.C.Y el pasado Jueves (veintinueve de Enero ) nos sorprenden en clase con una noticia publicada en los periódicos locales y de España: “Hallazgo en Oliva de la necrópolis más antigua de la península ibérica”. Investigadores del CSIC tras 20 años y después de haber hecho las pruebas del carbono 14, han datado los restos entre 8500 y 9500 años AC. Son más antiguos que los encontrados en Portugal.
Enseguida no fuimos a visitar el lugar donde se localiza la necrópolis , dirigidas por supuesto por Carmina y aunque ahora ya es una zona edificada, para nosotras la historia volvió a hablar.
¿Qué porqué participó Carmina en esta excavación? Es un poco casual o quizá cosas del destino.
Sus padres, unos trabajadores humildes que regentaban un negocio y con el cual cubrían las necesidades básicas de la familia, no pudieron dar a su hija los estudios que ella quería. Pero su padre era consciente del ansia por aprender historia de Carmina y sobretodo de lo mucho que le gustaba la arqueología. Sólo pudieron darle libros en los que bucear sus búsquedas de saber. Había un policía municipal aficionado a la arqueología que ya había dado avisos de una posible necrópolis y Carmina había oído algo del tema. Parece ser que ya era sabida la existencia por tanto del yacimiento y que aceleraron el proceso de la excavación cuando el dueño del terreno decidió que quería urbanizarlo.
Y el padre de Carmina, que supo de los trabajos que los arqueólogos iban a realizar en el terreno del Collado, pidió que se la incluyera entre los voluntarios y así sucedió... El dueño de la tierra sufragó los gastos de la excavación y construyó la casa en otro ángulo del terreno. Carmina, con diecisiete años, se encontró realizando su sueño y ayudó a desenterrar los hallazgos con paciencia, tal y como le explicaron los arqueólogos. Hasta que llegó el momento grabado en su memoria para siempre: encontró un esqueleto. Creyó que era un hombre y ahora, tras las investigaciones, a resultado ser mujer. De ahí que le hayamos bautizado otra vez: ahora se llama Johana. Su ilusión realizada. Por Carmina sabemos que la encontraron en posición casi fetal y cubierta de conchas como ofrenda de rito funerario. Rito que nos hace entender que, en aquél tiempo, ya tenían conciencia de la vida y de la muerte.
Carmina no ha escrito un libro, pero en uno de ellos está para siempre.
Más información: publicación del CSIC
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